Autora: Hota-chan
Tabla: Recuerdos.
Fandom: Prince of tennis.
Personajes/pairing: Dream Pair — Fuji Syusuke y Kikumaru Eiji.
Fandom: Prince of tennis.
Personajes/pairing: Dream Pair — Fuji Syusuke y Kikumaru Eiji.
Género: Fluff.
Clasificación: Todo público {G}
#13: Alhajero
#13: Alhajero
Sumario: Curioso, con sus azulejos brillando de emoción infantil por recibir
un regalo, se acercó y destapó despacio el cuadrado de cartón, sacando de él un
alhajero blanco.
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Eiji observó la caja ser depositada con delicadeza sobre la
mesa del comedor. Fuji, reprimiendo una carcajada, la señaló con ambas manos, comentándole
sin palabras que era para él. Curioso, con sus azulejos brillando de emoción
infantil por recibir un regalo, se acercó y destapó despacio el cuadrado de
cartón, sacando de él un alhajero blanco. Tenía tres cajones en su parte
frontal y su parte superior era una tapa cubierta por un espejo. Dudó unos
segundos, pero al final lo abrió y una pequeña bailarina se levantó ante sus
ojos, impulsada por un resorte. Casi al instante, una sucesión de notas de
piano inundaron la estancia, y a medida que la melodía avanzaba el rojizo color
del cabello de Eiji fue siendo opacado por el de sus mejillas.
—¡Fuji! —gritó, bajando la tapa de golpe, mientras le miraba
avergonzado y con los labios fruncidos, en un adorable mohín. El castaño rió
divertido antes de acercarse a su niño y plantarle un beso en la boca, abriendo
sus ojos, que, aunque eran más fríos que el hielo, siempre lo miraban con amor,
a él y sólo a él (Y, por supuesto, a su pequeño hermano Yuuta).
—Qué bueno que no hayas olvidado la melodía que sonaba cuando
te hice el amor por primera vez.
—¡Fuji! —repitió, dándole un manotazo en el hombro,
recordando aquella lejana noche en su habitación, cuando no habían encontrado
otra forma de acallar sus gritos apasionados para no ser descubiertos. Le vio
fijamente unos momentos, alzando la mano para darle otro golpe, pero al final,
optó por reír, con fuerza, con ganas, sintiendo cómo la vergüenza y el enfado
abandonaban su cuerpo; porque aún ahora era difícil para ellos mantener la voz
baja cuando hacían el amor.
Pero eso ya era otro cuento.
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