domingo, 1 de septiembre de 2013

{Super Junior - KyuMin - Instantes}

TÍTULO: Instantes
FANDOM: Super Junior
PAIRING / PERSONAJES: KyuMin (KYUhyun / SungMIN)
GÉNERO: Yaoi + Drabble + ligero Angst = RANDOM
CLASIFICACIÓN: 17+
RESEÑA / SINOPSIS: Un beso. Acto para demostrar amor, puede ser dulce, tierno o pasional pero no importa la intensidad del mismo, lo importante, es lo que simboliza, tal vez agradecimiento, correspondencia, anhelo o quizá una despedida… Sungmin y Kyuhyun son viejos amigos, cuya amistad es resguardada por la costumbre. Un día cualquiera deciden, por motivación del menor, demostrar su sentir mediante este gentil acto amoroso, sin embargo, ellos se enfrentarán a la realidad de su amistad que se ve materializada en ese beso, terminando en la decepción.
NOTAS DE AUTOR: Este humilde texto vio la luz gracias a la inspiración que me brinda la graciosa OTP del KyuMin, encanto de mi vida, no obstante, está escrito de forma que puede ser leído bajo la interpretación que el lector guste, es decir, los protagonistas no se encuentran descritos de manera concisa, así que puede convertirse en la pareja que gustes. Aprovecha esta cualidad y disfruta del volar de tu imaginación. De igual manera, agradezco el tiempo que tomas para el deleite de esta lectura.


INSTANTES
No te juro eterno amor, pero
      ¿No tiene cada instante de amor 
su propia eternidad?*

Caminamos por las calles oscuras, haciendo el mismo recorrido de siempre mientras conversamos de los mismos temas absurdos y monótonos, de vez en cuando te sonrío y asiento en un patético intento de demostrar interés en el tema.

Pasos lentos, llantas restregándose esporádicamente en el asfalto y luces que provienen de los faroles y las casas del barrio nos brindan un desfile de sombras. Te detienes, pensativo me observas y te observo, dudas en decirme lo que piensas y yo te dirijo una mirada de reproche por tu inseguridad, me sorprende que después de tantos años aun sigas conservando la formalidad para expresarte en mi presencia. Después de unos momentos de incertidumbre dices lo que ambos deseamos desde hace mucho, palabras que siempre harán eco en mi alma, pues jamás representaron tanto como ahora. Mi corazón acelera su bombeo y siento que me apuñala el pecho, te miro, pero esta vez soy yo el que duda y es invadido por el nerviosismo.

Dejo de lado mi lucha mental y te doy mi respuesta afirmativa, entregándome a lo que siempre le huí. Tus firmes pasos se acercan a mí y en esas transiciones mi mente procesa todo el tiempo que hemos compartido; las alegrías, las charlas que tuvimos, las desilusiones que nos causamos, las miradas y abrazos contenidos, pero sobre todo las palabras que siempre me guardé y no dije por cobarde, por miedo a perder la seguridad y el confort que me brindaba la palabra amistad y ahora es un muro indestructible entre nosotros, un vulgar calificativo a esta atracción que siempre hemos sentido pero que no nos atrevemos a afrontar, no al menos delante de otros.

Respiro para tranquilizarme, veo tu rostro a unos cuántos centímetros de mí, tus manos aferrarse a mis costados y como reflejo cierro los ojos. Tu respiración choca en mi rostro y me besas, siento la fuerza de tus anhelos en esos movimientos.

Al sentir la colisión de mis labios en los tuyos dejo salir mi lengua, el primer contacto con tus labios me acelera de nuevo y tu sabor un tanto amargo termina de electrificar cada vello de mi piel. Mis manos que se pusieron en tu pecho para recibirte sienten tu cuerpo vibrar por el choque de nuestro deseo, me avergüenzo por el poco autocontrol que poseo y dirijo mi mano derecha hacia tu nuca entrelazando mis dedos con mechones de tu cabello castaño, me aferro a ellos… a ti. Aumentas la velocidad de tus succiones y yo me dejo ser sintiendo nuestros sexos rozarse.

Muerdo tu labio inferior para pasarme al superior dejándote camino para que devores tú el mío; interviene mi lengua nuevamente acostumbrándose al calor y humedad que me ofrece la tuya, luego de unos instantes la retiro, acto que aprovechas para realizar una adictiva exploración a mi boca.

El aire se me escapa de mis pulmones, el golpeteo en mi pecho aumenta, mis dedos jalan un poco más tu cabello y decido que es momento de parar… detenerme.

Alejándome succiono una última vez tu labio inferior mordiéndolo en el proceso y tú me sigues; ambos sabemos lo que verdaderamente queremos y no confesamos. Por muda resignación tú y mediocridad yo. Abro lentamente mis ojos descubriendo una  imagen enternecedora, sigues cerca de mí con los ojos cerrados en delgadas líneas, tus labios continúan entreabiertos tomando aire con dificultad, como si la vida estuviera a punto de escapar de ti, yéndose lejos… extinguiéndose en el tiempo. Sueltas un pequeño y casi inaudible suspiro y yo te acompaño en tu lamento, te alejas y puedo ver en tus ojos la sonrisa de la decepción, es un rayo efímero y mortal. Lo sabemos y lo hemos confirmado. Ahora tu rostro gira para mirar el taciturno paisaje y tus pies se mueven para continuar con nuestro recorrido, retomando la banal conversación que tuvimos minutos antes.


*El aforismo que abre al texto pertenece al libro
MARIPOSA ETERNIDAD DE LO EFÍMERO
de Mariana Frenk-Westheim.


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