TÍTULO: Instantes
FANDOM: Super Junior
PAIRING / PERSONAJES: KyuMin (KYUhyun / SungMIN)
GÉNERO: Yaoi + Drabble + ligero Angst = RANDOM
CLASIFICACIÓN: 17+
RESEÑA / SINOPSIS: Un beso. Acto para demostrar amor,
puede ser dulce, tierno o pasional pero no importa la intensidad del mismo, lo
importante, es lo que simboliza, tal vez agradecimiento, correspondencia,
anhelo o quizá una despedida… Sungmin y Kyuhyun son viejos amigos, cuya amistad
es resguardada por la costumbre. Un día cualquiera deciden, por motivación del
menor, demostrar su sentir mediante este gentil acto amoroso, sin embargo,
ellos se enfrentarán a la realidad de su amistad que se ve materializada en ese
beso, terminando en la decepción.
NOTAS DE AUTOR: Este humilde texto vio la luz
gracias a la inspiración que me brinda la graciosa OTP del KyuMin, encanto de
mi vida, no obstante, está escrito de forma que puede ser leído bajo la
interpretación que el lector guste, es decir, los protagonistas no se
encuentran descritos de manera concisa, así que puede convertirse en la pareja
que gustes. Aprovecha esta cualidad y disfruta del volar de tu imaginación. De
igual manera, agradezco el tiempo que tomas para el deleite de esta lectura.
INSTANTES
No te juro eterno amor, pero
¿No tiene cada instante de amor
su propia eternidad?*
su propia eternidad?*
Caminamos
por las calles oscuras, haciendo el mismo recorrido de siempre mientras
conversamos de los mismos temas absurdos y monótonos, de vez en cuando te
sonrío y asiento en un patético intento de demostrar interés en el tema.
Pasos
lentos, llantas restregándose esporádicamente en el asfalto y luces que
provienen de los faroles y las casas del barrio nos brindan un desfile de
sombras. Te detienes, pensativo me observas y te observo, dudas en decirme lo
que piensas y yo te dirijo una mirada de reproche por tu inseguridad, me
sorprende que después de tantos años aun sigas conservando la formalidad para expresarte
en mi presencia. Después de unos momentos de incertidumbre dices lo que ambos
deseamos desde hace mucho, palabras que siempre harán eco en mi alma, pues
jamás representaron tanto como ahora. Mi corazón acelera su bombeo y siento que
me apuñala el pecho, te miro, pero esta vez soy yo el que duda y es invadido
por el nerviosismo.
Dejo
de lado mi lucha mental y te doy mi respuesta afirmativa, entregándome a lo que
siempre le huí. Tus firmes pasos se acercan a mí y en esas transiciones mi
mente procesa todo el tiempo que hemos compartido; las alegrías, las charlas
que tuvimos, las desilusiones que nos causamos, las miradas y abrazos contenidos,
pero sobre todo las palabras que siempre me guardé y no dije por cobarde, por
miedo a perder la seguridad y el confort que me brindaba la palabra amistad y
ahora es un muro indestructible entre nosotros, un vulgar calificativo a esta
atracción que siempre hemos sentido pero que no nos atrevemos a afrontar, no al
menos delante de otros.
Respiro
para tranquilizarme, veo tu rostro a unos cuántos centímetros de mí, tus manos aferrarse
a mis costados y como reflejo cierro los ojos. Tu respiración choca en mi
rostro y me besas, siento la fuerza de tus anhelos en esos movimientos.
Al
sentir la colisión de mis labios en los tuyos dejo salir mi lengua, el primer contacto
con tus labios me acelera de nuevo y tu sabor un tanto amargo termina de
electrificar cada vello de mi piel. Mis manos que se pusieron en tu pecho para
recibirte sienten tu cuerpo vibrar por el choque de nuestro deseo, me
avergüenzo por el poco autocontrol que poseo y dirijo mi mano derecha hacia tu
nuca entrelazando mis dedos con mechones de tu cabello castaño, me aferro a
ellos… a ti. Aumentas la velocidad de tus succiones y yo me dejo ser sintiendo
nuestros sexos rozarse.
Muerdo
tu labio inferior para pasarme al superior dejándote camino para que devores tú
el mío; interviene mi lengua nuevamente acostumbrándose al calor y humedad que
me ofrece la tuya, luego de unos instantes la retiro, acto que aprovechas para
realizar una adictiva exploración a mi boca.
El
aire se me escapa de mis pulmones, el golpeteo en mi pecho aumenta, mis dedos
jalan un poco más tu cabello y decido que es momento de parar… detenerme.
Alejándome
succiono una última vez tu labio inferior mordiéndolo en el proceso y tú me sigues; ambos sabemos lo que verdaderamente queremos y no
confesamos. Por muda resignación tú y mediocridad yo. Abro lentamente mis ojos
descubriendo una imagen enternecedora,
sigues cerca de mí con los ojos cerrados en delgadas líneas, tus labios
continúan entreabiertos tomando aire con dificultad, como si la vida estuviera a
punto de escapar de ti, yéndose lejos… extinguiéndose en el tiempo. Sueltas un
pequeño y casi inaudible suspiro y yo te acompaño en tu lamento, te alejas y puedo
ver en tus ojos la sonrisa de la decepción, es un rayo efímero y mortal. Lo
sabemos y lo hemos confirmado. Ahora tu rostro gira para mirar el taciturno
paisaje y tus pies se mueven para continuar con nuestro recorrido, retomando la
banal conversación que tuvimos minutos antes.
*El aforismo que abre al texto pertenece
al libro
MARIPOSA ETERNIDAD DE LO EFÍMERO
de Mariana Frenk-Westheim.
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