jueves, 5 de diciembre de 2013

{Super Junior - EunHae - Siete pasos al averno - Capítulo 6}

Autora: Piruleta
Título: Siete pasos al averno
Fandom: Super Junior
Personajes/Pairing: _EunHae_
Clasificación: T / NC - 17
Género: Romance; Lemon
Sumario: Sietes pasos al averno: uno por pereza, dos por gula y envidia, uno por ira, dos más por lujuria y orgullo y el último por codicia pero todos y cada uno, por ti. -Serie de Drabbles- 
Advertencia: Lenguaje vulgar y sexo explícito.

+*+*+

Capítulo 6: Lujuria

La tarde avanza más aprisa de lo que DongHae desearía. Le gustaría poder anclar el tiempo y quedarse en ese instante, así, eternamente.

La primera vez fue bestial, desordenado, frenético. Demasiada saliva. Demasiado aprisa. Perfecto con todas sus letras.

La segunda entrega, se toman el tiempo suficiente para reconocerse; para que DongHae delinee mapas de lunares sobre la piel que arde de HyukJae; para que HyukJae suspire y no pierda detalle de las pestañas trémulas de DongHae y su mirada extasiada que sigue el camino de sus dedos.  

DongHae tiene a HyukJae entra las piernas, y sus pechos suben y bajan con el mismo ritmo. El pelirrojo reparte besos en todo su cuello y muerde su barbilla ligeramente.

Está rígido de nuevo. Y él. Ambos.

DongHae siente la sonrisa de HyukJae cuando le muerde la manzana. Le lame el cuello y acaricia sus costados.

-Dilo -

Mueve las caderas, se frota contra él y todo comienza a ser alucinante otra vez.

-¿Qué?

Enrosca los dedos en su cabello. Sus labios de fuego alcanzan su boca y otra vez es su lengua caliente contra la suya. Abarcando el aire, la garganta... a DongHae entero.

Las manos de DongHae sujetando fuerte, arañando piel, curando los fantasmas de cicatrices: los de la espalda, los de la conciencia... los del espíritu.

Son los dedos de HyukJae contorneando su rostro, acariciando desordenadamente. Labios. Como fuego en su mejilla. Se mueven lento. Bordean su perfil.

-Dímelo. Solo yo, DongHae...-

Un resoplo de voz en el oído. No. Dentro del oído con lengua incluida.

Sus cuerpos se friccionan de nuevo. HyukJae embiste sobre la carne, se desliza sobre él. Otra vez la lengua saboreando su boca, haciéndole cosquillas con la pieza de plata en el paladar. Infectándolo de deseo... 

-Sólo tú...- dice en medio de un aliento de placer

Sólo tú hoy, ayer, mañana. Siempre... Desde el principio...





Fue un suceso improvisto. Una casualidad como muchas de las cosas buenas y malas de la vida... O posiblemente no era ningún evento fortuito y ya estaba escrito en las estrellas.

DongHae conoció a HyukJae por un olvido.

Tomaban el bus a la misma hora, todos los días. El pelirrojo -en aquel tiempo, castaño- siempre solía ir ajeno a todo con la música fuerte resonando sobre los oídos, y era el último en abordar porque esperaba a que todos subieran y así no tenía que compartir asiento. DongHae solía preguntarse porque ese castaño guapo (sí, siempre le pareció algo exquisito de ver) parecía solo y triste mientras le dibujaba bigotes y orejas de gato a través de la ventana.

Era otoño. Viernes. DongHae acababa de cumplir quince años y no estaba feliz porque lo habían cambiado de instituto por el nuevo empleo de su padre. Aquel día iba con un muy mal humor encima y ni siquiera se dio cuenta que el castaño se sentó a su lado... hasta que llegaron a la parada y HyukJae se levantó rápido dejando caer sin querer su cartera.

DongHae la cogió y bajo corriendo (después de todo, era la misma parada) para alcanzarle. Se atrevió a abrir la billetera para ver el nombre del dueño y poder gritarle. Su sorpresa fue inmensa al descubrir de quién era.”Lee HyukJae”. Adentro había un boleto de tren para Busan, la foto de dos hombres maduros (uno bastante parecido al castaño) abrazados sonriendo a la cámara alegremente, con un feliz HyukJae en medio de ellos, y algunos billetes. 

Acelero todavía más sus pasos e iba por la multitud de gente gritando su nombre; pero HyukJae no podía escucharlo. Cuando lo alcanzó, lo jalo por el hombro y casi recibe un golpe en la nariz si sus reflejos hubiesen sido lentos.

Alzó la cartera, mostrándosela a HyukJae junto con una enorme sonrisa y los rasgos del castaño se suavizaron ligeramente.

-No te vuelvas a cruzar en mi camino, gusano... - dijo, arrebatándosela.

Naturalmente, DongHae no cumplió. Mucho menos cuando descubrió, minutos más tarde, que asistía al mismo colegio que Lee HyukJae. 





-HyukJaeHyukkieHyuk... - dice entre jadeos. Es lo único coherente que pude decir.

HyukJae deja de comerse su cuello y el moreno observa cómo se impulsa con sus brazos, alzándose sobre él.

Es HyukJae todopoderoso con las venas marcadas en su cuello y en sus brazos, con sus labios hinchados, con su sonrisa enorme que lo ilumina como un sol, con una de sus clavículas coloreadas de un ligero carmesí por la marca que dejó DongHae hace rato, mirándolo con pasión. Dejándolo más desnudo de lo que DongHae se ha sentido nunca.

-Eres mío. Tan hermoso - Su voz es como seda y DongHae se remueve debajo de él.

HyukJae desciende de nuevo hasta él y ahora se entretiene en lamer y chupar los botones de su pecho. Mientras una de sus manos baja y frota y aprieta y DongHae se muerde los labios para no rogar por más.

-Quiero besarte, comerte

-SSí...Sí...

Tócame. Muérdeme. Haz que me corra de nuevo... Hazme lo que quieras.

La mano se aleja de su hombría y recorren bajo los testículos, entre los muslos siguiendo el camino a la parte escondida de las rodillas.

DongHae siente que los labios succionan su torso y la lengua vuelve a unirse al juego. Hace un recorrido largo, escrupuloso. Llega al ombligo, se pasea alrededor. Sigue de filo... es casi una tortura.

El moreno se incorpora ligeramente sobre sus codos y observa la melena roja perderse entre sus muslos.

Es húmedo. Es cálido. Se derrite. Grita de placer.

Sus ojos son dos rendijas y su boca se abre sin emitir ningún sonido.

Apoya todo su peso sobre uno de sus codos y la otra mano la dirige a uno de los omoplatos de HyukJae, donde tiene la cicatriz larga que casi llega hasta el cuello.

DongHae la recuerda bien.





Los meses pasaron a prisa. Era primavera de nuevo. Y DongHae había logrado compartir más que el bus con HyukJae. La insistencia del moreno lo había llevado a lograr que el castaño al menos le dijera "si" y "no" entre clases.

DongHae siempre era quien hablaba mucho, sin pausas. Todo el tiempo. Y HyukJae permanecía en silencio, pero el moreno sabía que lo escuchaba porque alguna que otra vez lo atrapó a media sonrisa después de algún chiste tonto, o corría la mirada cuando DongHae volteaba hacía él.

En ese entonces, DongHae no sabía que HyukJae era "la basura del infierno" temido por toda la escuela (aunque le parecía extraño que entre clases despareciera con sus amigos y regresaran con la ropa descompuesta, sucia y en ocasiones, con marcas rojizas en los pómulos y los brazos; o que en los pasillos todo mundo les abriera el paso, mirándolos con recelo). 

Fue una tarde que DongHae alcanzó a HyukJae por el camino -como todas las tardes- y empezó a platicarle de su día en la escuela, de las horas que no compartían juntos.

HyukJae volteó y lo tomó por el cuello de la camisa agresivamente. Le dijo que lo tenía harto, que lo dejará en paz, que él no le gustaban los hombres, no le gustaba él (aunque DongHae jamás lo había preguntado) y fue la primera vez que lo nombró: "maldito maricón despreciable"

DongHae se quedó abatido, en medio del camino. Tenía ganas de llorar.

Pero su voluntad de ser algo -lo que fuera- de HyukJae fue más férrea. Camino de vuelta a él y cuando lo encontró, vio como recibía y daba golpes. Como la sangre corría de su labio y su mirada era oscura... casi siniestra.

-¡HyukJae~ah!

El pelirrojo volteó.

-¡Vete, DongHae!

-¿Es tu novio? - preguntó uno de ellos, acercándose al moreno

-¡¿Qué has dicho, hijo de puta?!

-Debe ser tu novio. Escuché que te gusta darle la espalda a los amigos... ¿no, nenita?

-¡Cabrón!

HyukJae volvió a tirarlo y patearlo repetidas veces. DongHae estaba horrorizado.

-¿Cuál es tu nombre, dulzura? - Un tipo más alto que él se acercó - ¿Venías a saldar la cuenta de tu amor? o ¿a salvarlo? No tenías que tomarte la molestia. Él vino solo a pagar la deuda

-¡Déjalo! o... - Gritó HyukJae

-¿o... qué?

Todo pasó muy rápido. De pronto DongHae tenía al tipo sujétandolo por detrás con una navaja en su cuello. Luego, estaba en el piso y HyukJae forcejaba con el tipo. Después todo eran gritos, pasos, los dos tipos huyendo y HyukJae en el piso, sangrando del brazo.

DongHae se acercó para revisar. HyukJae se apartó bruscamente pero el moreno lo ignoró y pudo darse cuenta que le habían herido la espalda, a la altura del pulmón.

-Tenemos que llevarte al hospital, Hyukkie.

-No te atreves a llevarme, maricón de mierda

-De acuerdo pero... solo... vamos a mi casa. Yo te curaré – dijo, pasando por alto el insulto

HyukJae iba a protestar pero un mal movimiento del brazo le hizo soltar un alarido de dolor. Llegaron a trompicones a la casa de DongHae y esa noche el moreno se quedo despierto hasta el amanecer, limpiando y curando la herida que no había sido muy profunda pero iba a dejar marca.

En algún momento que DongHae cayó dormido de agotamiento, HyukJae salió de su casa y a la mañana siguiente toda la escuela lo rechazó. Nadie sabía su nombre, nadie lo veía... ni siquiera HyukJae.





DongHae se corre entre espasmos sobre los labios del pelirrojo, saboreando su nombre en un jadeo profundo.

HyukJae se levanta arrodillándose frente a él, limpiando con su lengua parte de su esencia en la comisura de sus labios. No permite que DongHae se reponga del orgasmo y lleva dos de sus dígitos a rozar la parte más oscura e íntima de DongHae.

El moreno jadea. La intromisión es extraña por segunda vez, pero se siente bien. Se incorpora por completo. Comparte un beso demandante con HyukJae. Siente la erección del pelirrojo contra su vientre. 

Entre besos repartidos por todas partes, lo guía hasta que quedan sentados frente a frente.

DongHae se desliza lentamente sobre la carne palpitante del pelirrojo. Hasta el fondo. Ahí. Y de nuevo, son uno otra vez.

El moreno se sujeta de los hombros. HyukJae lo coge fuerte por las caderas y penetra intensamente.

Cerca del final, DongHae acuna su rostro en el hombro del pelirrojo.

-Hyukkie - pronuncia

-Mi DongHae - obtiene por respuesta.

La habitación se disuelve en un rehilete de colores confusos. Estrellas detrás de sus ojos. HyukJae tan dentro de él.

Llegan casi al mismo tiempo.

El pelirrojo permanece dentro de DongHae.

La respiración de ambos es irregular.

DongHae se abraza fuerte a HyukJae prometiéndole estar con él incondicionalmente... como siempre ha sido...





Había pasado casi un año desde que a DongHae ya no le hablaba casi nadie. Excepto un par de chicos de su clase.

Las cosas con HyukJae no había cambiado, pero DongHae se encargó de no alejarse de él: solía dejarle frutas, almuerzo o apuntes en su pupitre a escondidas y le enviaba papelitos -que HyukJae leía a escondidas- deseándole un buen día.

Eran finales de verano. Caminaba con una sombrilla para cubrirse de la lluvia y entonces, lo vio.

HyukJae salía de una de las casas del sector. Parecía enojado y una mujer salió tras él.

-¡No me importa!... pero que te quede claro que si te largas con ese monstruo y esa escoria, yo dejo de tener hijo

DongHae vio como HyukJae se detuvo un momento y enseguida emprendió su caminar ahora con pasos marcados y fuertes. Él lo siguió de cerca durante largo rato. La lluvia se intensificó y corrió a colocarse a su lado para atajarlo del agua. El -ahora- pelirrojo se detuvo. Donghae volteó a ver qué pasaba y al hacerlo, su corazón se encogió: HyukJae lloraba. Las lágrimas resbalan sin tregua por sus mejillas y sus labios temblaban débilmente.

DongHae soltó la sombrilla, abrazándolo.

-Tranquilo. No estás solo, Hyukkie... Estaré siempre contigo.

Ninguno dijo nada después de eso.

HyukJae subió lentamente sus brazos rodeando a DongHae, aferrándose a él.

A partir de entonces, HyukJae comenzó a buscar gradualmetne a DongHae. Al volver al colegio comenzaron las citas de media noche. Comenzaron hablando de todo y nada; luego tuvieron la confianza suficiente para los roces "sin querer" y al final llegaron los besos que los dejaban con ganas de más.





La noche se cuela por la ventana.

Están recostados unos frente al otro. DongHae acaricia con infinito cariño la mejilla de HyukJae y cada vez que sus ojos coinciden, ambos sonríen.

Ojalá esta noche fuera eterna…

+*+*+

3 comentarios:

  1. Yo decía "que raro, pero este lemon me da tristeza" y así fue me he quedado con el corazón apachurrado porque Hyukjae tiene la receta perfecta para ser infeliz y me duele. Tengo miedo de lo que se acerca, aunque confío en tus dotes de revertir la situación y dejarnos con un happy ending bien contado, sin embargo, esto me sabe más y más a separación.
    Será mi mirada fatalista.
    Será.
    No dejo de pensar que tanto amor, que tanta entrega solo puede terminar en los dos siendo infelices y alejándose ToT
    Bububububu.
    Sabes que cuando leí el primer "flashback" al inicio, o sea cuando vi las letras cursivas, creí que sería la noticia de que habían encontrado a Myungdae tirado por algún sitio y eso separaba a la pareja. Y eso me hizo pensar que Myungdae sería la excusa perfecta para que se propicie dicha separación, para que uno de los dos no cumpla su promesa.
    Ay...

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  2. Ahora entiendo porque le dejo de hablar de repente y como es que empezo toda la historia. Me encanta que hayas hecho la narracion de "atrás para adelante" porque me dejabas con dudas en un principio pero todo se aclara conforme avanza y eso me gusta.
    Ame la parte de un Hae parlachín y que después siguiera a su lado dejandole notitas todo cariñoso.
    Gracias por la magnífica historia y ahora esperare "orgullo"

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  3. O sea, igual que Nati, me da la impresión de que un final amargo se acerca. Ese 'ojalá esta noche fuera eterna', también da para pensarlo.
    Se entregaron a todo lo que sentían, sin reticencias. Pero algo sigue sin ser bueno, y no estoy segura de qué es. Aish, por favor, no nos hagas sufrir en el siguiente^^
    Adoré los flashback, porque ahora sí entendí cómo es que llegaron a la situación del primer drabble, donde todo parecía que iba de mal a peor.
    Gracias por ésto. Es increíble.
    Espero el siguiente <3

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