{Super Junior - EunHae - Siete pasos al averno - Capítulo 5}

Autora: Piruleta

Título: Siete pasos al averno

Fandom: Super Junior

Personajes/Pairing: _EunHae_

Clasificación: T / NC - 17

Género: Romance; Lemon

Sumario: Sietes pasos al averno: uno por pereza, dos por gula y envidia, uno por ira, dos más por lujuria y orgullo y el último por codicia pero todos y cada uno, por ti. -Serie de Drabbles- 

Advertencia: Lenguaje vulgar y sexo explícito. 

Capítulo 4: Ira

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Capítulo 5: La otra cara de la Ira

HyukJae creció con lecciones. Lecciones marcadas más allá de la piel. Hasta el alma.

Tiene vagos recuerdos de una infancia llena de enseñanzas.

-¡HyukJae, qué te he dicho sobre besar de esa forma a tu primo! -Había gritado su madre.

Y HyukJae pronunció un "lo siento, mami" quebradizo; aunque realmente no lo sientiera. Él no veía nada malo en besar las mejillas de Siwon, en treparse a su espalda y abrazarle muy fuerte, en sentir cosquillitas en los pies cuando éste lo tomaba de la mano para pasar la calle o en despedirse con un besito en los labios.

-Ya verás, jovencito. Ya me encargaré yo de que aprendas la lección. 

Y vaya que su madre ponía empeño en hacerle entender. Hay fantasmas de cicatrices en su espalda de lo bien que aprendía.

-¡Appa!

-¡Mi pequeñito! Quiero presentarte a alguien... él es JungHee

-Es igual a ti - dijo ese tal JungHee acariciando la mejilla de su padre con tanto cariño que HyukJae deseó alguna vez tener "un" alguien que lo mirara y tocará de esa forma.

Era parecido a la forma en que él quería mostrarle su cariño a su primo Siwon.

-¿Vamos a ver a JungHee? - preguntó HyukJae. JungHee Le caía bien. Era genial. Contaba chistes, veían caricaturas juntos cuando appa les prepara el postre, le daba un won siempre que iban al parque; y al final del día, cuando tenían que volver a casa porque omma los esperaba, JungHee le apretaba las mejillas y repartía un montón de besos... muchos más a su appa.

El appa de HyukJae le hizo una seña para que callara y asintió sonriendo. HyukJae lo imitó con complicidad pero no estaba seguro de porqué tenía que guardar el secreto.

-¿omma?

Era mitad de la noche. Estaba oscuro para ir a la escuela pero su omma había entrado a la habitación despertándolo de su sueño.

-Ponte un suéter y toma esa maleta, HyukJae.

-¿Vamos a ver a JungHee?

Su madre volteó y lo sujetó muy fuerte por el brazo: - Escúchame bien, HyukJae. Aprende esta lección: las personas como ese JungHee son malas personas. Son maricones, escoria para la sociedad y los ojos de Dios. Deben morir o ocultarse para no mostrar sus aberraciones al mundo - dijo y luego se soltó a llorar consolando a HyukJae (quien no lloraba y no entendía nada ¿cómo alguien como JungHee podría ser tan malo?). Su madre lo abrazó prometiéndole que todo iba a estar bien.

Después de esa noche, HyukJae nunca volvió a ver a su appa ni a JungHee.

Y algunos años más tarde, con trece años y el afecto por su amigo SungMin iba en aumento, HyukJae sabría por las malas el significado de la palabra con "m", y entendería a base de "lecciones" (proporcionadas por sus compañeros) que ser "eso" está mal... Y porque appa no quería que nadie supiera.

HyukJae tuvo que darle una lección a MyungDae. Tenía que hacerle comprender que lo que había hecho estaba mal; Que los maricones son basura y deberían esconderse (como él lo hace) y que nadie se mete con lo suyo (aunque eso no se lo dejara claro mientras le deshacía la cara a patadas).

Con la respiración pesada y lágrimas abarrotadas en los ojos, HyukJae camina hacia un rumbo fijo: A dónde su dulce DongHae seguramente lo espera sin sospechar nada. 

Siente como hierve de coraje, y de amargura.

Ha llegado al límite de su propio engaño y solo bastó de un cualquiera para darse cuenta.

Se ha quebrado un pedazo de él.

MyungDae solo... con DongHae.

MyungDae y DongHae libres. A los ojos de Dios, de todos... y de él

El mundo ha dado un giro inesperado y le apuñaló donde más le duele. Ahí, cerquita del corazón.

MyungDae hacía sentir bien a DongHae.

MyungDae iba a besar a mí DongHae.

Se está volviendo loco. Enfermo de inseguridad, celos y angustia. Y DongHae es la única cura...

…para siempre.

Cuando llega a la azotea, DongHae no está ahí. Entonces camina a su habitación (por que el moreno siempre, siempre termina en su habitación), empuja la puerta con brusquedad obsesiva y ahí está, a pocos pasos de él.

-¡Hyukkie!... Fui a buscarte a la azotea pero...

-No lo hagas, DongHae - escupe con fuerza

DongHae inclina su cabeza con la duda marcada en su rostro.

-¿Estás enfadado porqué llegué tarde? ¡Solo fueron cinc...

-No estoy - comienza - enfadado - pausa - por eso.

-Tú... tú me viste con...

-Sí, sí te vi - dice y reduce la distancia. Lo dice con mucha calma y ve temblar ligeramente a su chico.

-Estáte tranquilo. No paso nada. Él no es tú, HyukJae - murmura por toda explicación.

-¡Ya lo sé maldita sea! - Le grita. Y no se cree que le haya gritado al moreno por primera vez en mucho tiempo... ¿dos años, tal vez?, ¿desde que entró a su vida por casualidad? - Es solo... No quiero que te gusten los hombres.

Incoherente. Estúpido. Ni siquiera sabe lo qué dice, cómo lo dice. La mente se le nubla con pensamientos de perderle y darse cuenta que no lo tiene seguro. 

-¿Qué has dicho? ¡HyukJae, no es como si pudiera controlar mis preferencias! ¡que MyungDae sea hombre, no quiere decir que me tenga que gustar! -DongHae pierde las casillas. Grita. Parece amenazante - No puedes ir por ahí odiando a cualquiera que por casualidad - remarca - me habla y se toma un tiempo para escucharme cuando tú...

-¡Yo! - chilla HyukJae, interrumpiéndolo. Da un paso y tiene a DongHae a un palmo de distancia - ¡QUIERO SER YO! Quiero darte todo mi tiempo, quiero serlo pero...  -guarda silencio y acomoda las ideas - ¡No quiero que te gusten otros, no quiero que mires a otros, no quiero que sea MyungDae o cualquiera!, ¡No QUIERO QUE BESES A OTROS!, ¡YO!... ¡QUIERO SER YO!, ¡QUIERO SER EL ÚNICO QUE TE AME!

Es la primera vez que las palabras son dichas y el sentimiento no se queda colgando en una esquina del corazón. HyukJae ha aceptado en voz alta que lo quiere y lo necesita por sobre todas las cosas. 

DongHae no dice nada; pero sus ojos brillan mucho de repente y sus labios comienzan a expandirse. Toma la mano de HyukJae y la pone en el centro de su pecho.

-Solo tú, HyukJae. Siempre tú...

Y de repente todo gira. Da vueltas. DongHae le besa. Labios. Boca. Húmedo. Es fulminante.

Es sentir que pierde el piso y las rodillas le flaquean.  Es dejar que la furia se disipe en forma de una corriente por todo el cuerpo y se convierta en algo más, en algo diferente. En calor, en gloria, en pecado, en muerte.

Porque HyukJae se está muriendo.

Son besos hambrientos. Torpes. Lenguas afuera y adentro, lamiendo. Dientes dejando marcas.

-Dilo de nuevo - jadea DongHae

-Quiero ser solo yo...- trastabillan. Se empujan. La ropa les pesa. Estorba- ...el único... - Caen. El corazón late en la vena del cuello, la que DongHae acaba de succionar - ...que te ame.

Y lo toma con fuerza. Se deshace con él.

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Capítulo 6: Lujuria