{Super Junior - EunHae - Siete Pasos al Averno - Capítulo 8. Final}

Autora: Piruleta

Título: Siete pasos al averno

Fandom: Super Junior

Personajes/Pairing: _EunHae_

Clasificación: T / NC - 17

Género: Romance; Angst; Lemon

Sumario: Sietes pasos al averno: uno por pereza, dos por gula y envidia, uno por ira, dos más por lujuria y orgullo y el último por codicia pero todos y cada uno, por ti. -Serie de Drabbles y Oneshot- 

Advertencia: Lenguaje vulgar y sexo explícito

Capítulo 7: Soberbia

+*+*+

Capítulo 8:  Codicia

Ojos cafés profundo (como chocolate amargo) delineados con una delgada raya negra. En la ceja izquierda tiene una pieza metálica con forma de piraña y dicen que en la lengua tiene otra (y que es la gloria cuando lo juguetea en ciertas partes privadas, comentan varias chicas); su nariz es pequeña, sus labios son prominentes y tiene sus mandíbulas marcadas pero ella piensa que le da el toque atractivo al conjunto de su rostro.

Es delgado pero fibroso. Y esos skinnys que se pone de contrabando en lugar de los pantalones escolares y que apenas se sujetan de sus huesudas caderas, son la gloria.

Parece un príncipe de las tinieblas cincelado en mármol.

HwaYoung guarda celosamente una foto de él en la puerta de su casillero. Ya ni recuerda el día de cómo o cuándo fue que quedó flechada por Lee HyukJae, pero ella lo resume en tres instantes: La primera vez que él le dirigió la palabra. Fue en clase de aritmética y ella deliberadamente dejó que le copiara en el examen y al terminar, HyukJae se acercó y le murmuró un "gracias, preciosa" con su grave y masculina voz. La segunda vez fue en la biblioteca cuando tenían que hacer un ensayo de biología sobre la vida marina y HyukJae no había alcanzado un libro sobre peces de especies pequeñas; el pelirrojo estaba desesperado por encontrarlo y HwaYoung le ofreció el suyo; él le dirigió un guiño y una sonrisa coqueta en agradecimiento.  La tercera vez fue en los pasillos. Ella iba platicando con una amiga y no se dio cuenta que iba a tropezar con esa molestia invisible, un tal DongHee o DongHo o Dong-algo, que estaba atándose sus zapatos a medio camino y cuando sintió que caería sobre ese estorbo, HyukJae la alcanzó cogiéndola por la cintura e impidiendo que sus libros cayeran sobre el otro.

La leyenda cuenta que fuma, bebe y hacía cosas no tan legales al salir de la escuela, cuando todavía no era medio internado. Y que el chico ha sido cómplice e iniciador de peleas pero HwaYoung sabe que solo se trata de oppa dándole su merecido a quiénes se meten en sus asuntos.

Ha escuchado también que se ha enrollado con media escuela, y que incluso ha compartido más que palabras o un juego de soccer con algunos chicos del instituto. A HwaYoung realmente no le interesa qué tan cierto sea todo eso, mientras -algún día. Uno solo, aunque sea- pueda ser parte de ese historial, de esa leyenda. Le gustaría ser alguna de esas chicas que van de su brazo una vez por semana, le gustaría ser quien lo atrape y lo enamore, ¿por qué, que hay de malo en querer un poco más de esos susurros sensuales, esas miradas coquetas y esos brazos fuertes y protectores?

Ella está dispuesta a sobresalir sobre el resto. A que oppa le mire solo a ella y a nadie más. Lo ha intentado siendo linda, dándole obsequios pero los chocolates de la última vez fueron todo un fracaso, como todo lo demás. Ahora, sin embargo, HwaYoung ha encontrado la fórmula correcta.

Hay un chico, el invisible de hecho, que siempre parece estar detrás de oppa. Es fastidioso. Es un acosador y parece que también quisiera a oppa para él... pobre estúpido. HyukJae nunca le ha hecho nada (es que también tiene algo de piadoso) pero ella se encargará de quitárselo de encima, y así, resaltar frente a oppa y ganarse un poco de él... todo lo que él esté dispuesto a darle.

El inicio de esa mañana no fue buena y el resto del día parecía no mejorar. Hacía calor. Bastante. Y DongHae odia el calor... pero más odia los miedos de su chico. Esos que no pudo arrancarle en la entrega de su cuerpo, su alma y su corazón.

Camina abstraído del mundo, desmoronándose paso a paso. El pulso le tiembla, los ojos le arden, de pronto parece que nada tiene sentido, y preferiría estar un poco más muerto para no sentir aquello.

HyukJae es un caso perdido.

Dicen todo el mundo.

No te acerques, no te dejará nada bueno.

Comentan sus amigos. Pero no ha habido persona que lo llene y lo quiera como él. Que lo haga más feliz que una tarde lluviosa, que parques llenos de niños, que bailar hasta vomitar o que todo eso junto. Porque él conoce a HyukJae, al verdadero. Al que tuvo que dejar la casa de su madre para seguir viendo a su padre, al que le teme a las tormentas pero finge no hacerlo para protegerlo a él, al que llora en silencio y se agrieta frente algún rechazo, al que le besa con toda la ternura del mundo cuando la luna no está viendo.

Tienen diecisiete años solamente, son unos niños. ¡Qué van a saber del amor!   

Es la consigna de su madre. DongHae le ha contado a ella de HyukJae -lo bueno, claro- y algunas veces quisiera gritarle que la edad no importa, el amor se sufre y se goza de igual manera. Que, lo que ahora siente no es una cosa de niños. Es real. Es algo que se retuerce en sus entrañas, que no le deja respirar, que le acosa en cada rincón.

Pero DongHae prefiere ahorrarse sus razones. Todo se lo guarda bajo llave, en lo más profundo de su corazón, porque nadie entendería. Porque nadie vive en carne viva el amor que siente por HyukJae. Y aunque tengan diecisiete años, él tiene la decisión de pasar todos los años que vengan, los que les queden, a su lado... aún si tiene que pelear contra demonios (los de HyukJae y los del resto que no saben y no entienden).

Está listo para enfrentar al mundo...

Ojala no fuera tan pronto como dar vuelta al pasillo, quedar encerrado entre un mar de golpes y manos y gente, y recibir una lluvia de insultos y desperdicios.

A DongHae no le da tiempo de reaccionar. Hay manos por todos lados, tocándolo, mancillándolo. Sumiéndolo hasta el piso y al nivel más bajo de la deshonra hacia él mismo. 

-¿Te gusta esto, no mariquita? - dice una voz. Alguien desconocido tocando su parte más varonil.-mejor te suelto, antes de que me contagies - Y la patada en los testículos llega después. Otra más en el abdomen.

Risas malvadas.

Ojos mirando sin ver.

Acusaciones falsas.

Dedos que señalan juzgando sin saber.

DongHae se encoge sobre sí mismo.

Hyukkie...

Alguien se acerca. El ruido, la pesadilla continúa.

Por favor, Hyukkie... Haz que se detengan 

Esa persona no lo golpea, se agacha a su altura y lo protege con su cuerpo.

No se siente como HyukJae.

-Se los advierto. Si Henry y tú se unen a esos chupapollas, ¡son parte de ellos! - la voz de una chica ruge. Parece divertida, sin embargo.

DongHae alza un poco la mirada y puede ver a RyeoWook y Henry parados enfrente, alrededor para recibir los desperdicios de basura en su lugar.

Son las once con siete. Han pasado cuatro horas y cuarenta y cinco minutos desde que HyukJae siente que ha perdido gran parte de él.

Camina con las manos en los bolsillos sin importarle realmente porque no hay el barullo cotidiano en la escuela. Ni siquiera lo nota.

Anda con la mirada perdida. Sordo y mudo. Ajeno a la vida que transcurre fuera de sus sentidos.

Sigue por inercia los pasos de sus amigos, y en unos de esos pasillos abandonados en donde suelen fumar en horas muertas, que casi ningún profesor visita y que conecta con la parte trasera de la biblioteca, hay un tumulto de gente teniendo una fiesta o algo, porque muchos ríen y señalan al payaso.

-¿Qué pasa aquí? - Es YoungWoon haciendo resonar su voz. Provocando que la mayoría calle y todo se vuelva un ligero murmullo - ¿es esto una fiesta?

-¿Por qué se divierten sin nosotros? - continúa HeeChul - La fiesta no esta comple...

Mientras avanzan, la gente se aparta. Y entonces lo ve. Allí en un rincón está DongHae hecho un ovillo con ese MyungDae encima de él. Reconoce a los otros dos -que no recuerda sus nombres- sirviendo de escudo también.

HeeChul intenta mantener la compostura pero se trata de la persona más importante de la vida de uno de sus mejores amigos. Voltea a ver la reacción de HyukJae, pero parece como si el pelirrojo ni siquiera estuviera ahí.   

-¡¿Se puede saber qué carajos están haciendo?! - brama. Haciendo saltar a más de uno, incluido HyukJae.

-Oppa - susurra una vocecita al fondo - No es nada malo. Solo le estoy dando su lección a éste.

La mirada de HyukJae sigue el recorrido de esa mano rellenita que señala algo en el piso.

Se queda sin palabras. La rabia surge con fuerza de cada poro de su ser. Sus puños y su mandíbula se tensan, y tiene ganas de hacer daño, golpear, herir; y sacar a DongHae de ahí a partes iguales.

-¿Qué coño estás haciendo? - su voz se desliza lentamente. Tétrica.

-Te hago un favor, oppa... Ese putito, marica de mierda te ha estado acosando todo este tiempo, ¡yo lo he visto! Siempre  detrás de ti, siempre observándote... y ¡ya sé porqué!, ¡Lo vi besándose con MyungDae ayer! Lo más probable es que le gustes y yo sé que eres bueno, oppa, por eso no le habías dicho nada pero yo le enseñé su lección -dice muy orgullosa y a HyukJae se le crispan los cabellos de la nuca - Soy HwaYoung, oppa. Y... Yo... yo te quiero - dice confesándose. Como si su acto fuera la mejor de las ofrendas para el amor de su vida - Ahora sí puedes darle su merecido, oppa.

HyukJae permanece callado. En su cara no hay expresión alguna. Se acerca lentamente y cuando está a unos pasos de la escena, MyungDae se pone de pie enfrentándolo. Hasta entonces nota los hematomas que trató de cubrir en todo su rostro.

-¿Qué vas a hacer HyukJae? ¿También lo vas a golpear por ser diferente? 

HyukJae lo mira. Mira a DongHae. A HwaYoung. A MyungDae de nuevo.

Una sonrisa cínica se pinta en su rostro.

-No voy a hacer nada, ¿Porqué tendría que perder mi tiempo con este don nadie?

Da vuelta no muy seguro de lo qué está haciendo.

-Hyung - le llama KyuHyun cuando pasa a su lado, sujetándolo por el hombro.

HyukJae se deshace se su agarre en forma brusca. Está a punto de dar otro paso.

Algo en su interior se remueve. Algo cambia.

Las palabras de DongHae en la mañana, todo el temblando, esperando nada. Sus besos robados, su sonrisa sincera, su manera de ver hasta su alma en la oscuridad. El balcón de los sueños. La tarde de lluvia, el abrazo de DongHae. DongHae de humo, oculto y tan lejos. JungHee y su padre y las tardes en las que veían caricaturas y caminaban en el parque. Su padre y JungHee escondidos en Busan.  

Su mente y su corazón se ponen de acuerdo.

Ya basta

Regresa sobre sus pasos, empuja a MyungDae y coge a DongHae por la cintura, incorporándolo.

-¡Basta todo el mundo! Si se meten con él, se meten conmigo. Él es mí DongHae. 

Soy yo... somos nosotros contra ustedes. Contra el mundo.

-O...ppa

-Escúchame bien, zorra. No sé quién eres y no me interesa. Tú confesión puedes metértela por el poto a ver si así te entretienes con algo y dejas de ser una frígida con ideas psicópatas para conquistar a las personas. No te quiero ahora, y no te querré nunca... y después de esto, olvídate de que recuerde tu nombre siquiera.

-¡Já, lo sabía! - dice alguien entre la gente

-¡Tú! -HyukJae señala entre la multitud. Siente el aliento de DongHae sobre su cuello. Murmura algo pero lo dice tan bajito que no le escucha - ¿Tienes algún problema?

-Miren nada más. El matón marica de la escuela quiere pedirme cuentas

Las risas no se hacen esperar. HyukJae no se contiene. Deja a DongHae recargado sobre el muro depositando un beso sobre su cabeza y calla al tipo con un puño, y luego otro y otro más.

Siente un golpe en las costillas, y luego KyuHyun está peleando con ese otro. HeeChul y YoungWoon se unen también y de pronto media escuela está alrededor de ellos gritando "pelea, pelea".

HyukJae toma al chico por la camisa y lo tira más allá, a los pies de DongHae. Entonces, se da cuenta de lo que está haciendo y se detiene.

Se dirige hasta el moreno, y con un "muévete" que suena bastante amenazante, corre al tipo tirado a su lado.

Coge a DongHae suavemente. Esta sollozando y en el lado derecho de esos labios que adora, comienza a formarse un cardenal. Le besa en los labios, limpia sus lágrimas con sus pulgares y reparte besos en toda su cara.

-Cierra los ojos, amor - le pide tiernamente, hablándole al oído porque no quiere que vea el odio y el asco reflejado en las miradas.

Lo coge por la cintura y hace que DongHae recargue su oído en su pecho y el otro lo cubre con su mano, para que solo escuche los latidos de su corazón en lugar de las burlas vacías. 

Se abre paso entre la gente, sin importarle quiénes les miran y les juzgan.

Sí, es un acto impuro.

Sí, es un amor que castigan en el nombre de Dios.

Sí, son pecadores.

Pero si ha de recibir una condena en esta vida o cuando muera, está dispuesto a recibir por ambos el castigo de los fuegos eternos solo si le dejan tener a DongHae por un momento eternamente, así, a su lado.

FIN

+*+*+

Nota Final: Y, ¿qué tal? ¿Estuvo bien?, ¿Odian a HwaYoung (porque yo sí LOL)?, ¿esperaban eso? Oh gosh~ siento que di un giro abrupto, pero era necesario. Yo no los quería separados. No me odien T.T

Terminé. 

Me siento orgullosa porque es la primera vez que pongo 'Fin' a un fic seriado. Personalmente, (a pesar de mi miedo expresado allá arriba) estoy convencida con el resultado. Espero no haber dejado cabos sueltos pero creo que el ciclo se cerró satisfactoriamente, ¿ustedes qué piensan? quiero saber sus opiniones :D

Muchas gracias de antemano por haber llegado hasta aquí ^^